martes, 14 de enero de 2014

Carcavas de Alpedrete de la Sierra por tierra y aire

Estuve a principios de Diciembre con Sara. Hicimos una ruta circular, que saliendo del Pontón de la Oliva va subiendo hasta casi llegar a Alpedrete de la sierra, y de allí al hacer la vuelta te encuentras de improviso con las cárcavas llegando desde la parte posterior.

El hacer la excursión en este sentido tiene una razón. La parte superior de las cárcavas es espectacular y un poco vertiginosa. El suelo se abre a tus pies y cae en vertical dejando barrancos y paredes casi verticales descubriendo el terreno rojizo sobre el que han estado viviendo las jaras no tanto tiempo atrás.  Si la haces en el otro sentido, las vas viendo desde que comienzas la subida, y se pierde la sorpresa de descubrirlas de sopetón. Además, así también te evitas hacer la subida por el punto de más pendiente, lo cual también es una ventaja.

Me quedó el gusanillo de verlas desde el aire, y en la primera ocasión que pude animé a la gente del club a visitarlas volando. Habíamos quedado en Venturada bastante gente, y como no había prevista ninguna ruta aceptaron sin problemas.

Hicimos dos grupos, uno primero de 3 pilotos, Victor, Carlos y yo, y luego nos siguieron Javier y Ernesto que despegaron unos minutos después.
Lo siento por Romina que se quedó en tierra por una inoportuna rotura en el depósito.

La ruta era sencilla. Se trataba de salir del campo rumbo noreste, siguiendo primero la N320 hasta Torrelaguna y seguir después con el mismo rumbo, pasando Patones y el Pontón hasta llegar a las cárcavas, y la vuelta por el mismo camino.

Carlos y yo nos volvimos los primeros. Víctor se quedó esperando a Carlos y Ernesto y se volvio con ellos.

Tuvimos suerte, porque el día estaba bastante estable. De hecho sólo se movió un poco sobre las cárcavas, y a la vuelta a partir de Redueña, pero también es que ya se nos había hecho bastante tarde, y yo creo que cogimos los rebufos del poco viento de norte que hizo aquél día.

Aquí encontraréis más fotos, del vuelo y de las cárcavas vistas desde arriba y a nivel del suelo.








lunes, 6 de enero de 2014

Estrenando la Nucleon

Al fin llegó la Nucleon. No hay fotos del día que la trajeron, porque los dos primeros vuelos fueron de prueba como quien dice y apenas me equipé más allá de lo necesario. Tampoco considero que la estrenara aquel día, porque fueron un par de vuelos cortos, diseñados y ejecutados para comenzar a ver las reacciones en despegue y aterrizaje.

El estreno de verdad lo hice una semana después en la Muela, con susto incluido.
Me la llevé allí con la intención de hacer unos inflados sin motor, para ver que tal, y aprovechando, darme un vuelete de palomar.

Hacía poco viento aquel día en la Muela. Los inflados que hice me dieron a entender que a esta vela le gusta la velocidad, y que necesita una progresión constante desde que das el primer tirón hasta que sales a volar.  En cuanto a los inflados, tanto con algo de viento como con poco, levanta fácil  y compacta.

Pues bién. Jose y yo nos comenzamos a preparar para darnos una vuelta con el motor. Pero el suyo sonaba raro al arrancar, y de hecho se paró al poco. Tenía pinta de ser de carburación, pero después de aquello (y de cambiar un poco los reglajes) no fuimos capaces de hacer que funcionara más allá del arranque.

Así que me preparé para irme yo solo. El primer despegue fué un desastre. levantó bien, pero me paré a ver el estabilo. Lo suficiente para que la vela me adelantara un poco, se quedara fofa y se me cayera encima. Terminó enganchándose un cordino en la pala.

La mala suerte: el cordino se partió.
La buena suerte: era el cordino de compensación del torque... del lado que no es necesario.

Decidimos (entre Carlos y yo) que se podía volar sin ese cordino, y ni cortos ni perezosos lo quitamos del medio y me dispuse a volver a intentarlo.

Esta vez aprendí la lección. levantar la vela, en cuanto está arriba soltar, frenarla, gas a tope y correr. Y esta vez sin problemas.
En realidad, ya lo pone en las instrucciones, que con esta vela los vuelos son más parecidos a un ala (aerodinámicamente) que a un parapente clásico.  Así que los frenos durante el despegue, con los trimmer calzados, hay que considerarlos como si fueran los flaps: te proporcionan sustentación a baja velocidad. Una vez en vuelo, y a partir de la zona neutra del trim, es mejor dejarlos sujetos a las bandas, y olvidarse de ellos (tiene otro mecanismo para girar)

Me dispuse a darme un paseito por la zona, igual que he hecho muchas veces con mi Epsilon. Pero esta vela es otra cosa. LLegué a Trijueque en un pispas, y tiré dirección Jadraque, pero dándome una vuelta por los valles paralelos a la NII. Como llegué más pronto de lo que me esperaba me fuí dirección  Hiendelaencina. En realidad no llegué porque había unas nubes un tanto feas por la zona y se comenzó a mover (podía haber continuado, pero no me apetecía el rocanrol), así que me volví por Cogolludo. Además ya casi llevaba una hora en el aire, y el frío comenzaba a hacer mella. Eso si, con la epsilon hubiera tardado casi el doble.

Llegué a tiempo para rescatar al resto de Paracinco que se estaban quedando congelados de esperar en la muela. Para finalizar brindamos con champán para celebrar la vela, el cordino roto, el año que se acaba, y que caray, porque nos lo trajo Carlos. Gracias Carlos.

La tarde no es que fuera una gran cosa, no obstante he podido rescatar algunas fotos.

miércoles, 1 de enero de 2014

Quedada "IN" Marugán

Convocatoria de quedada, Esta vez en Marugán. Pero se ha ido retrasando varias veces por viento fuerte, hasta que ha llegado el anticiclón del Puente de la Constitución (como suele llamarlo Carlos).

Lo que pasa que esas fechas son comprometidas, llenas de celebraciones con amigos, compañeros de trabajo etcétera. Aún así estudié con detenimiento el mapa del tiempo y decidí que el sábado sería mi día para ir. La meteo más prometedora que el viernes, y la agenda libre.

La lástima, que ese día amanecí un poco pocho y me tuve que volver a la cama (los excesos de los días anteriores). Menos mal que para media mañana ya me encontraba mejor y además, hay tan pocas oportunidades para volar en tanta compañía que hay que aprovecharlas.
Así que rondando el mediodía, sin terminar de estar bien del todo, cargué los cacharros en la furgo y cogí pista a Marugán.

Cuando llegué ya estaban todos preparados, y fueron saliendo mientras yo cargaba la gasolina y me vestía para el evento, (ya sabéis, de chaqueta y corbata ;-)

Para cuando despegué, hacía ya rato que habían salido todos. La radio no paraba de sonar, es lo que pasa cuando  se vuela con tanta gente, que todo el mundo va contando su película (de hecho, algunos parece que estuvieran narrando un partido). Estaban comentando de acercarse a Coca que les pillaba cerca, a ver su castillo. Yo por mi parte, estaba a 40 Km de ellos, y a la velocidad de mi Epsilon, eso suponía una hora prácticamente hasta alcanzarlos. Me tiré mis  buenos 10 minutos de indecisión, mientras tomaba un rumbo noreste. Por una parte, lo que me apetecía era volar con el conjunto, y por otra parte, me apetecía acercarme a Segovia, que siempre que he estado por la zona la había dejado atrás.

Al final me decidí por la primera opción. Total, Segovia seguirá ahí para los próximos vuelos, mientras que en realidad el desplazamiento lo había hecho para hacer un vuelo acompañado. Así que cogí rumbo Norte, solté los trimmer y me fuí acercando al grupo, sabiendo de antemano que me los encontraría ya de vuelta.

La tarde estaba perfecta, viento suave de norte, eso sí, pero 0 meneos, y una temperatura no demasiado fría. Había una capa de inversión bastante definida, aunque no cambiaba mucho la velocidad del viento entre ellas, y según me comentaron después, en algunos puntos había niebla bajo la capa de inversión. En definitivo, bueno para haber hecho una ruta de dos o tres horas tranquilamente (lástima no haber llegado un ratillo antes).

Ví a Román que pasó camino de Segovia en solitario, y al poco me encontré con el resto del grupo cuando acababa de pasar Nieva, todavía a unos 15 Km de Coca.

Decir que la vuelta la hice con ellos es un poco exagerado. Paco, Romina y Víctor me pasaron como si fueran en un fórmula 1 (de hecho parecía que iban echando carreras), y el resto fuimos más o menos a la par hasta que llegamos de vuelta a Marugán. 

Tras aterrizar, saludar a todo el mundo, y recoger. Paco me dió la buena noticia de que mi vela nueva estaba ya en camino, y Víctor me comentó que también la suya venía en el mismo lote. En definitiva, una buena tarde de vuelo, que hubiera estado mejor si también me hubiera podido dar otro vuelo mañanero. Pero no siempre se puede hacer todo.

Como siempre, os dejo con un extracto de las mejores fotos.