sábado, 27 de mayo de 2017

Ruta Écija-Chiclana

No fué una semana agradable, para nada (cosas del curro). Lo bueno es que la previsión para el fin de semana del puente de mayo se aguantaba. Malo el sábado, lluvia el domingo y espléndido el lunes y martes, aunque con riesgo de ventarrón según avanzara el día. La previsión para la zona centro era mejor, pero la ruta de Écija a Chiclana tenía más atractivo, y está bien salir de casa de vez en cuando, para no cansarse demasiado de tu zona de vuelo habitual.
Así que finalmente nos decidimos a hacer la ruta. Iríamos Carlos, Romina y yo en la furgo de Romi, y nos encontraríamos con Paco en Écija. También Xavi y Kristen quedaron en aparecer por allí.

El domingo por la tarde, quedamos en casa de Romina a cargar los trastos en su furgoneta y cogimos la A4 dirección al "calorcito andalú". Durante el camino, la previsión se cumplió, y aunque  el tiempo mejoró según pasaban los km, parecía cuando menos improbable que al día siguiente fuera a hacer bueno. Tendríamos que tener fe en la "anticiclogénesis explosiva"....
Llegamos a Écija con tiempo suficiente para echarle un vistazo al despegue, hacer una cena ligera (Paco llegó mientras tanto), y a la cama pronto, que al día siguiente habría que madrugar.

Y si que madrugamos, aunque total, para lo que yo había dormido tampoco es que me costara mucho. La previsión al final se había cumplido, el día estaba espléndido, y había una suave brisa de este, ideal para cualquier despegue. Montamos lo más rápido que pudimos, aunque a mi se me atrancó un pestillo del aro, y me llevó unos minutos y un poco de paciencia poder sacarlo. Para cuando terminé de montar y prepararme ya había pasado el briefing, Carlos y Paco ya habían despegado y estaban esperándonos. Tengo que reconocer, que no tuve que esperar para despegar. El lugar era amplio, y aunque eramos casi 40 pilotos no nos amontonamos en la salida, ni en los alrededores.

En cuanto estuvimos los cuatro en el aire comenzamos la ruta. Con una ligera brisa empujando los kilómetros se hacían fáciles y el único contratiempo fue que se me acabó la batería de la cámara. El resto del camino, la encargada de las imágenes sería la gopro, sacándolas a mano, con la cámara sin atar.... suerte que no se me cayó.

Pasamos por Écija, Marchena y  Morón entre campos verdes y olivos, todo muy primaveral y bucólico. El viento nos seguia ayudando cada vez más, de hecho no era raro encontrarse en el GPS los 70 Km/h. El siguiente punto era el de repostaje, a unos 100 Km de Écija, en la orilla del embalse de Bornos. Y ahí cometimos nuestro error. Había varios grupos de parapentes y furgonetas, y nos equivocamos: escogimos el más cercano, mientras que el correcto estaba todavía a 1 Km. En la aproximación ya se notaba que en el suelo corría algo más que una suave brisita y estaba bastante turbulento. Tardamos aún media hora en llegar al punto de repostaje.... lo habitual si aterrizas, saludas a los compañeros, correteas de acá para alla para darte cuenta que no era allí y vuelves a despegar con un par de intentos por el viento....

Así es que sí, llegamos al punto de repostaje y repostamos, pero para cuando quisimos plantearnos volver a despegar, el viento ya eran más de las 10:30 y el viento estaba bastante fuerte. Aún así quisimos al menos hacer el intento de hacer la segunda parte de la ruta: Bornos - Arcos de la Frontera - Medina Sidonia - Chiclana.

Paco y Carlos me ayudaron a despegar. La idea era que los esperara (Romina no iba a despegar) y continuar ruta. Comencé cogiendo algo de altura, pero subía y subía y los meneos no acababan. Tuve que subir más de 600 m antes de que se calmara la batidora.
Entre tanto, Juanmi, extrañado de que el track de Loctome acabara en mitad de un embalse y no se moviera en tanto rato, me llamó al teléfono (a través del casco) lo cual me desconcertó porque ni me acordaba que lo había conectado.
Por otra parte Carlos había estado haciendo algunos intentos pero no consiguió despegar. Paco sí y finamente 15 minutos,  700 metros de desnivel y un montón de meneos después retomamos la ruta.

Pero ya era tarde y hacía viento, y aunque íbamos altos los meneos iban en aumento. Pasamos Arcos de la Frontera pero a medio camino de Medina - Sidonia se puso desagradable para mi gusto. así que antes de cogerme un mareo de narices le dije a Paco que yo desistía. Entiendo que él hubiera podido seguir, pero decidió aterrizar conmigo. Al poco nos recogió Bego la mujer de Paco con la caravana y nos fuimos hasta Chiclana, donde ya estaba el resto de pilotos.

La organización nos llevó a un chiringuito en la playa para comer, y allí echamos unas cuantas horas; total, no hubiéramos podido volar. La previsión se cumplió: Ventarrón.

Volvimos a Écija en Autobús con todos los trastos cargados en el maletero :O . Terminamos llegando a las 11 de la noche. Mientras sacamos las cosas, las cargamos en la furgoneta, y nos comimos un bocata se nos hizo más de la media noche. No obstante nos estuvimos animando para hacer otro vuelo al día siguiente antes de volvernos a Madriz.

Así que a las 6 de la mañana, volvíamos a estar arriba, habiendo maldormido otra noche más. Desayunamos poco, y nos fuimos de nuevo al campo de vuelo. Esta vez sólo estaban otros tres compañeros que vuelan habitualmente en Mejorada del Campo. El viento venía de Este otra vez, y nos planteamos hacer la ruta hasta Almodóvar del Río y el embalse de la Breña que quedaba al norte. Iríamos todo el camino con el viento de costado, pero nos dejaba avanzar bien.

Hay que decir que las vistas del pueblo y el castillo son preciosas, así como las del embalse, y eso que no estaba al 100%. Terminamos echando otra hora y media más de vuelo. Luego, recogida tranquila, comida de despedida en Écija, y para casa, que ya está bien, tanta fiesta.... XD .

Total, unos 200km volados, en unas 4 horas (mas o menos), y lo más importante: buen sabor de boca, buenos recuerdos, buen ambiente, buenas fotos

Agradecimientos, Pues en realidad a todos. A Paco por aterrizar conmigo y Bego por llevarme en la Caravana hasta Chiclana, A la organización de la ruta, que estuvo siempre al tanto de todo, A Romi por llevarnos y traernos en su furgo, y a Carlos por ser la chispa de la fiesta.

Enlazo con las fotos para que las tengáis a mano.

Ruta del Ebro (en paramotor)

Ya habíamos intentado realizar esta ruta el año anterior, pero la meteorología nos jugó una mala pasada y terminamos yéndonos a la playa. Pero como suele pasar, se nos quedó en tareas pendientes, y a la primera oportunidad, volvimos a intentarlo.

Tampoco es que esta vez la meteo fuera una cosa.... , que a mediados de febrero hay cierta inestabilidad inherente al mes, el solete calienta a base de bien los días claros y las térmicas comienzan a hacer tímidamente aparición. No obstante, este año estábamos con ganas, que la viento en cola nos supo a poco (incluso a los que volaron), y apetecía darse otro homenaje.

La ruta era ambiciosa: 120 Km entre Fontibre y San martín de Don, siguiendo al río Ebro entre embalses, meandros, cortados, acantilados, cerradas, bosques, sembrados y prados. todo un lujo por uno de los parajes más sugerentes de nuestra geografía.

El convoy esta vez estaba compuesto por una furgoneta grande (la de Romi) y una pequeña: la mía. Como conductores iría Sara conduciendo mi furgo y uno de los pilotos que debería conducir la de Romina.  Ya el año anterior habíamos localizado un par de posibles despegues cerca de Fontibre, así que no necesitábamos irnos pronto. Con llegar para la hora de la cena era suficiente. Quedamos en casa de Paco después de comer para organizar los trastos en las dos furgonetas, que dada la cantidad de voladores, costó lo suyo. Iríamos Romi, Paco, Carlos y Richi a pie y Víctor y yo en carrito. Resumiendo: 7 personas, 5 paramotores + 5 palas + engendrus + dos carritos + 6 velas, + ropa y efectos personales.

Llegamos como estaba previsto a última hora de la tarde a Reinosa, donde nos quedaríamos esa noche, Soltamos nuestros efectos personales en el hotel (que también teníamos localizado) y nos fuimos al pueblo. Aparcamos las furgos y nos pusimos a buscar dónde cenar, y en ese camino fué donde se despejó la incógnita de quién conduciría la furgo grande al día siguiente.

Es difícil describir ese momento; haber tenido una foto o una grabación del sonido hubiera ayudado mucho. Pero nos quedamos todos tan petrificados que no dio tiempo de nada. La figura que describiría más el momento sería un "palmface". El caso es que Víctor de pronto soltó un sonoro y absolutamente genuino ¡¡noooooooo!! que es imposible describir con palabras: ....Se había dejado la pala de su motor en venturada.... (lo cual ya habréis adivinado si hubiérais echado cuentas cuando cargamos la furgoneta)

Como os podéis imaginar el pitorreo del resto fué descomunal, de acuerdo al tamaño del olvido. Pero en fin, tampoco vamos a ahondar más en la herida, y de paso habíamos solucionado uno de los problemas, que era decidir quién conduciría la furgoneta grande.

La cena, dormir, desayuno los paso rápido, que tampoco tienen mucho que contar. El caso es que con las primeras luces del día estábamos de nuevo en las furgonetas, camino del punto de despegue en Fontibre. Allí habíamos localizado el año anterior una colina con todas las orientaciones que nos permitiría despegar cualquiera que fuera la dirección del viento.
La manaña se había levantando bastante fría, con escarcha pero con poco viento. Apenas soplaba muy levemente de Norte, lo cual no ayudaría para los despegues a pié por lo leve, ni para el despegue en carrito por ser viento en cola.

Paco y Carlos despegaron los primeros, yo después (dando botes con el carro colina abajo, añadiría) y Richi al  poco. Romina desistió agotada después de varios intentos abortados, así que los que ya estábamos en el aire comenzamos a tirar.

Al contrario que a nivel del suelo, arriba soplaba de sur suavemente. Al este, en la dirección del primer tramo nuestra ruta, el embalse del Ebro se veía con niebla. Sin embargo, un poco más al sur, por donde desagua el río se veía despejado. Decidimos recortar por la hipotenusa hasta encontrar de nuevo al río por Bárcena de Ebro. Seguimos valle abajo y giramos de nuevo al este por Cubillo de Ebro. A partir de ahí nos volvimos a encontrar con la niebla, que al principio cubría tímidamente el fondo del valle, pero que a medida que avanzábamos se iba espesando hasta cubrirlo completamente.
No nos quedó más remedio que avanzar por las orillas.

La niebla se levantó de nuevo cuando íbamos por Valdelateja, nos habíamos perdido muchos de los meandros del río. Seguimos por Pesquera de Ebro, Colina, pasando por unos cortados impresionantes, Tudanca, Cidad de Ebro. A esas alturas, llevábamos casi dos horas de vuelo, la vejiga llevaba un rato quejándose (y no solo la mía, por mucho que el resto no dijera nada...), y el viento del sur había ido subiendo aunque con la altitud llevábamos no se notara mucho.

Un poco más adelante, en Manzanedo yo decidí aterrizar, ya no aguantaba más. Les dije al resto que yo aterrizaba allí. Busqué  un campo de donde se pudiera volver a despegar  por si ellos se animaban a  seguir la ruta despues de repostar. Al final decidieron también aterrizar.

Yo ya tenía claro que para mí la ruta se acababa allí, entre lo que tardáramos en repostar (teníamos que esperar al equipo de tierra)  y que el viento del sur seguiría subiendo, preveía que se iba a poner muy movido para mi gusto.

Avisé al equipo de tierra de nuestra posición, todavía estaban relativamente lejos y un poco despistados de por donde venir, pero aún así tardaron relativamente poco en aparecer. Paco, Carlos y Richi habían decidido que intentarían seguir la ruta. Debatieron un poco cómo despegar y estaban preparando el equipo. En cuanto llegaron Sara, Romi y Víctor, cargaron gasolina y se fueron al aire. Yo recogí y cargué lo más rápido que pude para que no nos fueran a dejar muy atrás.

No tardaron mucho en aterrizar. como había previsto, el viento de sur, unido a lo tardío de la hora, había convertido una apacible y fría mañana en una batidora. A Carlos le recogimos cerca de Villalaín a unos 9 Km de donde habían despegado. Paco y Richi aguantaron un poco más, aunque no mucho, sólo uno o dos Km.

No queda mucho que contar, recogimos a todos y comenzamos la vuelta cruzando hasta Burgos por el páramo de Masa. Paramos a comer, bastante bien, por cierto cerca de Burgos, y desde allí del tirón hasta Venturada.

Ahí se acabó la aventura, Habíamos volado unos 70 Km de los 120 previstos entre paisajes estupendos y niebla . Esta vez no pudimos acabar la ruta, pero nos quedamos con muy buen sabor de boca, y ganas de completarla. Estoy seguro que lo volveremos a intentar.


Mientras tanto, las fotos completas pueden verse aquí

martes, 16 de mayo de 2017

Homenaje a la memoria


De 2014 a 2017 van tres año. Mucho tiempo. Demasiado tiempo sin actualizar el blog.

¿Merece la pena buscar culpables?

  • Mucho trabajo, bueno, en realidad siempre ha habido mucho trabajo pero estos años han sido de  demasiado trabajo. 
  • Las nuevas plataformas de mensajería, que te enfocan en lo inmediato: el aquí y el ahora, el aquí te pillo y aquí te mato, el consume y tira. 
Sin embargo pienso que es hora de centrarse. De dejar de trabajar demasiado y dedicarse un poco de tiempo, y sobre todo de permitirse un rato de retrospectiva y de introspección. Al fin y al cabo eso nos ayuda a ser personas. 

Por el camino se han quedado muchas vivencias de las que no he dado cuenta más que en círculos muy pequeños. Hubiera valido la pena hacer una crónica de cada una de ellas, pero ya los recuerdos se difuminaron, sólo quedaron las fotos para dar testimonio: